
Este Picasso, de proporciones sólo un diez por ciento por encima de las reales, se encuentra ante su Casa Natal, vestido con una camisa y un pantalón y calzado con sandalias, y sostiene en sus manos un cuaderno y un lápiz.
Para esta representación se ha elegido a un Picasso ya maduro, más reconocible para el gran público, pese a que el artista abandonó su ciudad natal en su infancia y sólo regresó en algunas ocasiones en su juventud, pero no cuando ya era un creador consagrado.
El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que ha inaugurado hoy la escultura, ha afirmado a los periodistas que Picasso "vuelve a la plaza de la Merced en plena madurez artística" y se convertirá "en un motivo más para llevarse un recuerdo fotográfico de la ciudad".
Esta obra, encargada al autor hace ya casi dos años, ha supuesto un coste de unos 166.000 euros, según el regidor, que ha añadido que la escultura era "una deuda" con Picasso, porque "es bueno que una ciudad reconozca a sus hijos".
Francisco López Hernández (Madrid, 1932) recibió las primeras enseñanzas de su padre, orfebre, y amplió después su conocimientos en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid y en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.
Expuso por primera vez en 1955, junto a otros dos artistas de la escuela realista contemporánea española, Antonio López y Julio López Hernández, su hermano, y de un informalista, Lucio Muñoz.
Para esta representación se ha elegido a un Picasso ya maduro, más reconocible para el gran público, pese a que el artista abandonó su ciudad natal en su infancia y sólo regresó en algunas ocasiones en su juventud, pero no cuando ya era un creador consagrado.
El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que ha inaugurado hoy la escultura, ha afirmado a los periodistas que Picasso "vuelve a la plaza de la Merced en plena madurez artística" y se convertirá "en un motivo más para llevarse un recuerdo fotográfico de la ciudad".
Esta obra, encargada al autor hace ya casi dos años, ha supuesto un coste de unos 166.000 euros, según el regidor, que ha añadido que la escultura era "una deuda" con Picasso, porque "es bueno que una ciudad reconozca a sus hijos".
Francisco López Hernández (Madrid, 1932) recibió las primeras enseñanzas de su padre, orfebre, y amplió después su conocimientos en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid y en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.
Expuso por primera vez en 1955, junto a otros dos artistas de la escuela realista contemporánea española, Antonio López y Julio López Hernández, su hermano, y de un informalista, Lucio Muñoz.
Fuente: EFE
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