REHABILITACIÓN CATEDRAL DE LEÓN
El Ministerio de Cultura amplia hasta 1,5 millones de euros las partidas que destinará a proyectos de rehabilitación en la catedral de León ante la preocupación de los técnicos tras la caída de dos de sus gárgolas.
En 1844, la Catedral fue declarada el Primer Monumento Nacional de España. Sus setecientas treinta y siete vidrieras ocupan una superficie de mil setecientos sesenta y cinco m2, y están consideradas como uno de los conjuntos vitrales más importantes del mundo. Por otro lado, su museo alberga cerca de mil quinientas piezas, de las que destacan cincuenta tallas románicas de la Virgen, una Biblia mozárabe e importantes códices.
Según indicó el director general de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura, Julián Martínez Dentro, palabras enmarcadas dentro las actuaciones del Plan Nacional dedicado a este tipo de templos.
Con esta partida presupuestaria, el Ministerio de Cultura incrementará hasta 700.000 u 800.000, los 500.000 euros previstos en el Plan de Catedrales de 2007, destinados a la reparación de la cubierta del templo leonés.
Como indicó el obispo de la Diócesis, Julián López, y del director general de Patrimonio de la Junta, Enrique Saíz, tras la reunión de la Comisión de Seguimiento del Plan Nacional de Catedrales celebrada en León: “La ampliación del presupuesto permitirá ampliar las intervenciones previstas para atender también a los elementos pétreos, como los hastiales, pináculos o gárgolas”
Está previsto que el conjunto de obras de rehabilitación salgan a concurso próximamente, con una duración –resueltos los trámites administrativos- de alrededor de año y medio.
Como indicó Julián Martínez, «El Ministerio se compromete de manera definitiva, con un proyecto que ahora va a sacar a licitación y con las sucesivas intervenciones que hagan falta hasta completar su restauración, que es lo importante». El resto de las inversiones previstas afectarán al claustro, los arbotantes –cuyo arreglo ya se acomete- y las cubiertas bajas de la Catedral leonesa.
Esta no es la primera rehabilitación de la catedral leonesa. Su historia a partir del S. XV comienza a torcerse, ya que se encontraron fallos estructurales debido a la mala cimentación y la mala calidad de la piedra, traída la mayor parte de las canteras de Boñar.
Será en el año 1631 cuando se hundirá la bóveda central del crucero. Para añadir más leña al fuego, el arquitecto Nevada construyó una gran cúpula barroca sobre el crucero que acrecentó aún más el peligro de desplome.
A pesar del continuo deterioro, la Catedral aguantó hasta el 1743, cuando se derrumbó una pila del brazo sur del crucero, arrastrando otras cuatro bóvedas. El deterioro del edificio prosiguió hasta que a mediados del siglo XIX, el hastial del sur presentaba evidentes señales de ruina, por lo que se requirió la ayuda de un arquitecto, Don Matías Laviña, para restaurarlo. Desconocedor del delicadísimo equilibrio de un edificio ojival, se dedicó a desmontar la cúpula y sus pináculos, lo que hizo que se derrumbase parte del hastial sur y que zonas adyacentes de la catedral se debilitaran, todo parecía indicar que se vendría abajo sin remedio, ya que el complejo sistema de empujes y contrarrestos pero de un modo inexplicable, aguantó. Tendrá que ser su sucesor, Don Juan de Madrazo, quién se dio cuenta del verdadero problema y salvó el edificio mediante un cimbrado general, además, se encargó de la reconstrucción del hastial sur. Las tareas de rehabilitación del edificio, y restauración de las vidrieras, se terminaron con otros dos arquitectos: Don Demetrio de los Ríos y Don Juan Bautista Lázaro. Tanto trabajo de restauración se concluyó en el año 1905, tardándose más en reformas y arreglos de la catedral que en su propia construcción.
En 1844, la Catedral fue declarada el Primer Monumento Nacional de España. Sus setecientas treinta y siete vidrieras ocupan una superficie de mil setecientos sesenta y cinco m2, y están consideradas como uno de los conjuntos vitrales más importantes del mundo. Por otro lado, su museo alberga cerca de mil quinientas piezas, de las que destacan cincuenta tallas románicas de la Virgen, una Biblia mozárabe e importantes códices.
Según indicó el director general de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura, Julián Martínez Dentro, palabras enmarcadas dentro las actuaciones del Plan Nacional dedicado a este tipo de templos.
Con esta partida presupuestaria, el Ministerio de Cultura incrementará hasta 700.000 u 800.000, los 500.000 euros previstos en el Plan de Catedrales de 2007, destinados a la reparación de la cubierta del templo leonés.
Como indicó el obispo de la Diócesis, Julián López, y del director general de Patrimonio de la Junta, Enrique Saíz, tras la reunión de la Comisión de Seguimiento del Plan Nacional de Catedrales celebrada en León: “La ampliación del presupuesto permitirá ampliar las intervenciones previstas para atender también a los elementos pétreos, como los hastiales, pináculos o gárgolas”
Está previsto que el conjunto de obras de rehabilitación salgan a concurso próximamente, con una duración –resueltos los trámites administrativos- de alrededor de año y medio.
Como indicó Julián Martínez, «El Ministerio se compromete de manera definitiva, con un proyecto que ahora va a sacar a licitación y con las sucesivas intervenciones que hagan falta hasta completar su restauración, que es lo importante». El resto de las inversiones previstas afectarán al claustro, los arbotantes –cuyo arreglo ya se acomete- y las cubiertas bajas de la Catedral leonesa.
Esta no es la primera rehabilitación de la catedral leonesa. Su historia a partir del S. XV comienza a torcerse, ya que se encontraron fallos estructurales debido a la mala cimentación y la mala calidad de la piedra, traída la mayor parte de las canteras de Boñar.
Será en el año 1631 cuando se hundirá la bóveda central del crucero. Para añadir más leña al fuego, el arquitecto Nevada construyó una gran cúpula barroca sobre el crucero que acrecentó aún más el peligro de desplome.
A pesar del continuo deterioro, la Catedral aguantó hasta el 1743, cuando se derrumbó una pila del brazo sur del crucero, arrastrando otras cuatro bóvedas. El deterioro del edificio prosiguió hasta que a mediados del siglo XIX, el hastial del sur presentaba evidentes señales de ruina, por lo que se requirió la ayuda de un arquitecto, Don Matías Laviña, para restaurarlo. Desconocedor del delicadísimo equilibrio de un edificio ojival, se dedicó a desmontar la cúpula y sus pináculos, lo que hizo que se derrumbase parte del hastial sur y que zonas adyacentes de la catedral se debilitaran, todo parecía indicar que se vendría abajo sin remedio, ya que el complejo sistema de empujes y contrarrestos pero de un modo inexplicable, aguantó. Tendrá que ser su sucesor, Don Juan de Madrazo, quién se dio cuenta del verdadero problema y salvó el edificio mediante un cimbrado general, además, se encargó de la reconstrucción del hastial sur. Las tareas de rehabilitación del edificio, y restauración de las vidrieras, se terminaron con otros dos arquitectos: Don Demetrio de los Ríos y Don Juan Bautista Lázaro. Tanto trabajo de restauración se concluyó en el año 1905, tardándose más en reformas y arreglos de la catedral que en su propia construcción.
ÚLTIMAS REFORMAS DE LA CATEDRAL
En 1996, bajo la dirección de los arquitectos Cecilio J. Vallejo y Mariano Saénz de Miera, se repararon mediante grapas de acero recibidas con plomo las fisuras de los elementos de coronación en “la silla de la Limona”, una estructura estribo de los arbotantes de la nave central, aparecidas por la acción de la humedad. También parte de la sillería de coronación fue recolocada o repuesta con medios consolidantes.
Otra obra subvencionada fueron los trabajos de restauración y conservación de la vidriera “La Virgen del Dado”, llevados a cabo por la Empresa CONCALE. Está proyectada sobre cartones de Nicolás Francés, realizada por un maestro vidriero Anequin y asentada en 1454 en los accesos desde la Catedral al claustro, en un único ventanal allí existente.En 1996 se restauró también una tabla del siglo XV que representa el martirio de San Erasmo, hoy expuesta en el museo de la catedral.
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Autor: Jose Mª Maestre Domínguez
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