Una escena galante al óleo del pintor rococó francés Jean-Antoine Watteau (1684-1721) que se consideraba desaparecida desde hacía casi dos siglos será subastada por Christie's en Londres.
El paradero de "La Surprise" (La Sorpresa) constituía un auténtico misterio, y sólo se sabía de su existencia por una copia que se conserva en la colección real del Buckingham Palace londinense.
Christie's confía en que, cuando salga a subasta el próximo 8 de julio, se paguen por él de 3 a 5 millones de libras (aproximadamente de 6 a 10 millones de dólares), lo que constituiría un récord para ese artista.
Watteau, pintor al que se atribuye la invención del género conocido como "fiestas galantes", pintó "La Surprise" en 1718.
El cuadro, que muestra a una pareja fundida en un abrazo apasionado mientras a su lado un músico toca un instrumento de cuerda, fue identificado como de Watteau por un experto de Christie's durante una valoración rutinaria en una residencia campestre.
El propietario, que quiere permanecer en el anonimato, no tenía idea de la importancia del cuadro cuando solicitó el peritaje de otra obra que él creía del maestro holandés Gerrit Dou y que resultó ser sólo de su escuela.
Durante la inspección, sin embargo, los expertos de Christie's vieron una pintura a la que el dueño no daba prácticamente importancia, pero que les llamó inmediatamente la atención y resultó ser la desaparecida obra de Watteau.
"La Surprise" perteneció a un consejero del rey de Francia y amigo íntimo del artista llamado Nicolas Henin, y es posible que se pintase expresamente para él junto a "L'Accord parfait", que se conserva actualmente en el Los Ángeles Museum of Art.
El conocido coleccionista francés Pierre-Jean Mariette escribió en 1746 de esa obra que era "uno de los cuadros más hermosos" de Watteau.
A la muerte de Watteau, "La Surprise" y "L'Accord parfait" pasaron a ser propiedad del biógrafo del artista Jean de Julienne, y el primero de ellos reaparecería algún tiempo después en la célebre colección de Ange-Laurent de la Live de Jully.
Durante la Revolución francesa se perdió, sin embargo, su rastro hasta que a mediados del mediados del siglo XIX "La Surprise" reapareció en un peritaje de 1848 encargado por lady Murray, que lo legó a la familia de su actual propietario.
Christie's confía en que, cuando salga a subasta el próximo 8 de julio, se paguen por él de 3 a 5 millones de libras (aproximadamente de 6 a 10 millones de dólares), lo que constituiría un récord para ese artista.
Watteau, pintor al que se atribuye la invención del género conocido como "fiestas galantes", pintó "La Surprise" en 1718.
El cuadro, que muestra a una pareja fundida en un abrazo apasionado mientras a su lado un músico toca un instrumento de cuerda, fue identificado como de Watteau por un experto de Christie's durante una valoración rutinaria en una residencia campestre.
El propietario, que quiere permanecer en el anonimato, no tenía idea de la importancia del cuadro cuando solicitó el peritaje de otra obra que él creía del maestro holandés Gerrit Dou y que resultó ser sólo de su escuela.
Durante la inspección, sin embargo, los expertos de Christie's vieron una pintura a la que el dueño no daba prácticamente importancia, pero que les llamó inmediatamente la atención y resultó ser la desaparecida obra de Watteau.
"La Surprise" perteneció a un consejero del rey de Francia y amigo íntimo del artista llamado Nicolas Henin, y es posible que se pintase expresamente para él junto a "L'Accord parfait", que se conserva actualmente en el Los Ángeles Museum of Art.
El conocido coleccionista francés Pierre-Jean Mariette escribió en 1746 de esa obra que era "uno de los cuadros más hermosos" de Watteau.
A la muerte de Watteau, "La Surprise" y "L'Accord parfait" pasaron a ser propiedad del biógrafo del artista Jean de Julienne, y el primero de ellos reaparecería algún tiempo después en la célebre colección de Ange-Laurent de la Live de Jully.
Durante la Revolución francesa se perdió, sin embargo, su rastro hasta que a mediados del mediados del siglo XIX "La Surprise" reapareció en un peritaje de 1848 encargado por lady Murray, que lo legó a la familia de su actual propietario.
Fuente: EFE
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